sábado, 1 de febrero de 2014

MIS CRÓNICAS DE NY 1 DE JULIO: MIS PRIMERAS COMPRAS Y UNA GRAN NOTICIA

Lunes, que bien!, eso no se dice cuando uno está trabajando, pero aquí era diferente….otra semana se abría ante mí y con ella infinitas posibilidades. La noche anterior caí fulminada por lo que tampoco puede planear mucho cual sería mi destino, al final me lo iba marcando las circunstancias y eso me empezaba a gustar. Hoy tenía decidido mi desayuno, sería un bagel sí o sí, y a pesar de las advertencias de Carola de que son como losas en el estómago y consciente de que no ingeriría nada hasta las cuatro de la tarde (ya andaba curtida en losas estomacales con el cupcake), bajé a la calle y me fui a un establecimiento que tenía en frente de casa que se llamaba the bagel´s house, pensé que si era la casa de los bagels debería ser una apuesta segura. Tras esperar la fila pues había overbooking, debe ser que la gente necesitaba con urgencia el café del lunes, pedí a la persona que me atendió que me recomendase ya que me sobrevino la indecisión cuando me fui acercando al mostrador y vi la infinidad de variedades que ofrecían. Así que con una bolsa de papel con mi bagel con mantequilla y un tanque de café con leche, me metí en el metro y me fui para el centro, me acomodé en un asiento del vagón y saque la mitad del bagel, olía a gloria una mezcla de especias y canela, también llevaba pasas, estaba calentito (cosa que agradecí por el aire acondicionado tan potente del metro) y le hinqué el diente, madre mía, es que no iba a haber nada que no me encantase en esta ciudad, estaba…….riquísimo, la mantequilla se había fundido con el calor, mmmmm, aún ahora escribiendo esto se me hace la boca agua de pensarlo……



Cuando me bajé,  ya en Manhattan, en la parada de Fulton, el bagel había desaparecido y me quedaba un tanque de más de medio litro de café con leche, os juro que pedí el mediano, no sé qué me hubiesen puesto si pido el grande o el extragrande……., al salir del metro estaba lloviendo así que…..quedaban pocas más opciones que esperar a que parase metida en el famoso outlet Century 21 que estaba a la vuelta de la esquina, jajajaja, parece casual??, la lluvia no parecía una tormenta de verano de esas que paran rápido, así que me pareció ideal entrar a bucear entre las “gangas”, ahora sí……ya me había picado el gusanillo.
Me bebí el café en la entrada de la tienda, en la zona de las gafas de sol y por ahí fue por dónde comencé, después de un buen rato probando y probando me decidí por unas gafas de Banana Republic que me parecieron ideales. Me subí luego a la planta de ropa y tenía para mí tiempo ilimitado para deleitarme entre diseños de Marc Jacobs, Lavin, Gucci, Versace, Viktor&Rolf, e incluso diseñadores españoles como Agatha Ruiz de la Prada o Ailanto. Me probé infinidad de cosas, la verdad es que tras el primer vistazo todo me pareció bastante decadente y cutre, luego dedicándole paciencia y tiempo puedes encontrar algún tesoro que otro, yo encontré un par o dos de maravillas pero no al alcance de mi bolsillo, lo más sorprendente los vestidazos de Lanvin. Os pongo una foto del probador con un vestido de gasa de Vicktor&Rolf divino pero poco práctico, mira que intenté buscarle momento pero no lo encontré y allí se quedó :-(.



Así que ya es muuuuy difícil conociéndome, pero no encontré nada que me convenciese y me bajé a la sección de calzado, allí probé y probé pero tampoco nada se mereció que me lo llevase a casa, aunque si que se quedaron un par de cosas en mi retina para volver más adelante, no quería entregarme a las compras desenfrenadas tan pronto.
De nuevo a la calle y continuaba lloviendo pero ya era medio día y hacía calor a pesar de la lluvia, así que sin importarme mojarme, emprendía camino por Brodway st., encontrándome con mi sitio favorito de porción de pizza a 1$ y parándome a comer un par de porciones, la tradicional de queso y una de peperoni, a mí me encanta el peperoni pero allí no volveré a salirme de la de queso que está deliciosa.


Mientras comía la pizza, bastante tarde por cierto, pues eran como las 4 e la tarde (el bagel ya sabéis), aproveché que tenía wi-fi e intenté contactar con una chica que alquilaba una habitación de su apartamento, para el resto de mi estancia, ya que en mi adorada casa sólo podía estar en principio 11 días y así lo hice, quedé con ella para que me enseñase el apartamento a última hora de la tarde. Mientras llegaba la hora de encontrarme con Tania, que así se llamaba, continué por Brodway st hasta llegar a la calle 34 en la altura de Herald Square, un lugar que me encanta, allí está Macy´s, un Victoria Secret´s  gigante, H&M, etc. bueno un montón de tiendas y un hervidero de gente. Y cómo no, me dí una vuelta por muchas de ellas, pero sin duda la que más me llamó la atención fue la de Victoria Secret´s, no sé si ya os lo he dicho pero particularmente no es que me apasione la lencería de esta marca y de allí lo que me traje sobre todo fueron perfumes, cremas y body splash, que eso sí que me gusta, pero ésta tienda!!, madre mía es preciosa!!, varias plantas unos espacios enormes, decoración súper chula, eso sí, si no os gusta el rosa no entréis o moriréis fijo!! Y un truco, si necesitáis ir al baño, cosa que a veces resulta algo difícil en NY, aquí los baños aunque costosos de encontrar en el último rincón de la tienda, los podéis utilizar y son una monada, preciosos a la par que limpios. Así que tras la visita “obligada” a las tiendas que me rodeaban, debía seguir camino porque había comprado el New york Pass (pase para poder entrar a la mayoría de los sitios turísticos de NY, museos, etc y del que os hablare en post exclusivo, para no alargar éste) y debía recogerlo en el Planet Hollywood de Times Square. Una vez con el Ny pass en la cartera me detuve a contemplar el espectáculo que ofrece Times Square, tanta gente, tantas luces, tanto bullicio, tantas pantallas, no sé, los que lo hayáis visto me comprenderéis y los que no, os  lo recomiendo porque es digno de ver, pero debía seguir y encaminarme a mi cita con Tania, para lo que continué camino hasta Rockefeller Centre (no menos digno de pararse a contemplarlo), porque allí se cogía el metro directo hasta la dirección donde había quedado.






Salí del metro en la zona de Chinatown, donde se encontraba el apartamento que iba a visitar y empecé a ubicarme para buscar la dirección, mientras lo hacía me llamó la atención un edificio bastante cochambroso con mini tiendas obviamente chinas en los bajos y un gran buda que ocupaba toda la fachada, el edificio parecía que se caía a cachos y le hice un foto por lo curioso que me pareció, lo más gracioso fue cuando buscando la dirección era exactamente esa, sí!!, como lo oís!! la del Buda gigante!!, pufff las perspectivas no eran muy alentadoras pero no dejé que me vencieran las apariencias y esperé a que llegase Tania dando una vuelta por los aledaños del edificio. Tania se retrasaba y la tarde empezaba a caer, la zona no era de lo mejor la verdad y estuve tentada, ya que llevaba esperando más de media hora, de irme, pero encontrar alojamiento en NY es harto complicado, al menos a un precio razonable para todos los días que me quedaban. Y cuando estaba en esa disyuntiva apareció una chica alta delgada y pelirroja con cara de apuro que se dirigía a mí, era ella y tras disculparse por la tardanza me invitó a entrar en el edificio mientras me contaba que era Rusa y que vivía sola y alquilaba una cama para poder pagar el apartamento. Sólo con la entrada me daban ganas de salir corriendo sin mirar atrás, en el portal se acumulaban cubos y cubos de basura y el olor era bastante desagradable, las escaleras (no había ascensor y era un cuarto piso) sin palabras, las puertas de los apartamentos abiertas, los rellanos inundados de utensilios varios, zapatos, bolsas etc de los propietarios de cada planta, pude ver que la única inquilina “no oriental” del edificio era mi interlocutora y que al menos su apartamento era el único del edificio con la puerta cerrada, con ese panorama entré al apartamento con el alma en los pies y lo que vi dentro no hizo que remontase mucho, el apartamento era un tipo loft es decir un solo espacio y mi “habitación” consistía en un sofá cama tras una cortina, Tania lo tenía bastante decente pero no podía ocultar los años y todo estaba bastante viejo. Me dio pena porque Tania era un encanto pero cuando salí de allí sentí una liberación increíble pero a la vez un gran pesar, había agotado muchos cartuchos en tema alojamiento y no quedaban, ni muchas posibilidades, ni mucho tiempo.
Volvía a casa un poco cabizbaja, había tenido la suerte de encontrar a mis anfitriones y mi maravillosa casa y ahora me iba a costar o resultar imposible encontrar algo a la altura de las circunstancias, sin empeñarme hasta las cejas. Para que os hagáis una idea de los precios, Tania me dejaba la habitación como una ganga en 95€ la noche, por ese precio aquí me pago un buen hotel, pero allí el alojamiento me pareció extraordinariamente caro y me moví mucho creédme.
Y maquinando qué hacer al respecto, llegué a casa y me quedé hablando con el portero del edificio a ver si él sabía de alguien, ya fuera en el mismo edificio u en otro lugar, donde me pudiese quedar.
Cuando subí a casa, mis anfitriones (ya se han quedado con ese nombre pero es que tampoco me gusta dar muchos más datos) notaron que algo me pasaba, cuando les conté,se quedaron perplejos mirándome como diciéndome, pero no nos entiendes o que??  y me dijeron, pero que no hace falta que busques, que te puedes quedar aquí hasta que te vayas!!, yo no daba crédito y a decir verdad creo que ya habían intentado decírmelo en varias ocasiones que les comentaba lo de la búsqueda de alojamiento, pero parece que se unió que mi inglés no era tan bueno con una mezcla de incredulidad ante tanta suerte. Efectivamente al día siguiente hablando con el portero que hablaba Español, corroboré que ya habían intentado en varias ocasiones decírmelo, ya que me dijo que  Kyle le había dicho que me quedaba con ellos pero que les había costado mucho convencerme!!. Madre mía y yo penando por ahí, jajaja, nos podéis imaginar lo feliz que me acosté esa noche, podía quedarme en “mi casa”, mi maravillosa casa con mis encantadores anfitriones y en mi ya querido Brooklyn. Como tantas veces en éste viaje, ¿podía pedir más?. Estaba feliz, total y absolutamente feliz.
P.D.: Se me olvidaba que probé los mini cupcakes de Baked by Melissa, super llamativos por lo chulas que son las tiendas y todos esos minúsculos cupcakes en hileras tan bien decorados, pero el sabor me decepcionó un poco, estaban un poco secos, al ser tan pequeños me imagino que es difícil que estén jugosos, probé el de Red Velvet, el de chocolate y el de cookies, pero nada de ver con Magnolia Bakery.






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